top of page
Post: Blog2 Post
Buscar

Conversación con Krissi Driver de los Estados Unidos que vive y trabaja en lavora en Corea del Sur

  • Foto del escritor: Kasia Borowczak
    Kasia Borowczak
  • 25 oct 2021
  • 8 Min. de lectura

Actualizado: 27 oct 2021

Kasia - ¿Cómo te sientes cuando piensas o hablas sobre tu padre y su muerte, que ocurrió hace más de 20 años?


Krissi - Mi padre murió en 1996 cuando yo era una niña. Fue un momento realmente difícil para mí y tardé más de 20 años en cerrar completamente esa herida. Cuando pienso en mi padre hoy, me pregunto cómo sería su vida y la mía si todavía estuviera vivo.

Me gustaría que mi padre estuviera aquí y haber podido tener una relación con él de adulta. Mi padre era muy divertido e hizo muchas cosas graciosas. Creció en una granja, así que cuando veo a mis tíos y tías, a menudo me cuentan historias sobre mi padre cuando era niño o cosas ridículas que hacían juntos. Cuando escucho esas locas historias, desearía haber tenido la oportunidad de tenerlo en mi vida adulta.


Cuando pienso en todo esto, no duele como en el pasado, pero hay un agujero que nunca se llenará por completo. Me doy cuenta de que he aprendido a aceptar y reconocer esto con el tiempo.


Kasia - ¿Te gusta hablar de tu padre?


Kasia - Cuando hablamos la última vez, dijiste que pasar más tiempo con la familia de tu padre te habría ayudado en tu proceso de duelo. ¿Por qué?


Krissi - Para responder a tu pregunta, tengo que contarte lo que realmente sucedió. Mi padre quiso ser misionero cristiano durante mucho tiempo. En 1996 nos mudamos a Lituania después de su viaje allí en 1995 durante el cual visitó a algunos amigos misioneros. En el momento de la mudanza, mi padre había estado enfermo, pero todos pensaban que tenía una neumonía menor. Llevábamos viviendo en Lituania unas 3 semanas cuando mi padre tuvo una convulsión. De hecho, lo vi y, hasta el día de hoy, es lo más aterrador que he visto en mi vida.


El servicio de emergencia lo llevó al hospital y descubrió que tenía un tumor cerebral. Dijeron que no sabían lo mal que estaba y de dónde venía, pero era canceroso y no podían cuidarlo allí en Lituania. Se suponía que íbamos a vivir allí durante 2 años, pero después de 3 semanas, regresamos a los Estados Unidos y nos mudamos a una pequeña comunidad agrícola donde mi padre creció y sus padres todavía vivían. Unas semanas después de eso, mi padre murió.



En ese momento vivíamos cerca de la familia de mi padre, así que uno pensaría que pasamos mucho tiempo de duelo juntos, pero en realidad no fue así. Unos meses después de su muerte, cuando terminó la escuela, mi madre, mi hermana y yo nos mudamos y, de hecho, durante tres o cuatro años, no vi a la familia de mi padre en absoluto. Una parte de eso fue porque sentí que no podía volver a donde sabía que había muerto y también realmente no sabía cómo expresar mis sentimientos. Así que fue una experiencia realmente aislante para mí. Estaba comenzando la pubertad y estaban sucediendo muchas cosas emocionales. La familia de mi madre tampoco sabía realmente cómo ayudarme, así que sentí que no tenía a nadie con quien hablar, nadie que entendiera mi dolor, así que estaba enfadada todo el tiempo.


Creo que la ira es una parte muy importante del duelo y la forma en que lo experimentamos. Algunas cosas simplemente nunca desaparecen. Hasta el día de hoy, todavía me enfado por las cosas que hizo mi madre después de la muerte de mi padre. Sé que ella tenía 34 años en ese momento y perdió a su esposo inesperadamente. Ella no tuvo una educación universitaria, solo dos años en la escuela bíblica. No tenía trabajo y se quedó con dos niños pequeños a los que cuidar. No tenía ni idea de qué hacer y debió estar muy asustada.


Su madre, mi abuela, tomó un papel muy importante en cómo se manejaron las cosas inmediatamente después. Cuando mi padre murió, ella convenció a mi madre para que viniera a vivir con ella, descartando el hecho de que tal vez mi hermana y yo necesitábamos estar con la familia de nuestro padre. Culpo a mi abuela más que a mi madre por mis problemas en lidiar con mi duelo, porque creo que mi madre estaba en el momento del duelo en el que no sabía qué hacer. Ella simplemente decidió volver a lo que conocía.


Kasia - Tu abuela probablemente no sabía cómo apoyaros mejor.


Krissi - Correcto. No es que mi abuela haya hecho algo malicioso, pero definitivamente fue egoísta. Ella tampoco sabía cómo lidiar con eso y su manera de ayudarnos era: "ven y déjame arreglarlo". Todavía me enojo por eso porque siento que esos primeros años antes de que mi madre se volviera a casar me fueron de alguna manera robados. No puedo hacer nada con esto ahora, pero todavía es algo que probablemente nunca curaré por completo. Me molesta que alguien haya tomado las decisiones por mí y probablemente no hayan sido las mejores.


Ojalá hubiera tenido la oportunidad de pasar más tiempo con la familia de mi padre porque, en mi propio duelo, no me di cuenta de que ellos también estaban sufriendo. En 2015 fui al funeral de mi abuela, la madre de mi padre, y estar allí pasando por el mismo duelo con mi familia y hablando de mi padre fue realmente curativo. No sabía que lo necesitaba tanto. La primera vez que estuve con la familia de mi padre en Navidad fue cuando estaba en los Estados Unidos viviendo allí en 2017. Habían pasado 21 años desde que estuve en una reunión familiar. Y fue maravilloso, nos divertimos mucho. Amo estar con mi familia. Creo que pasar más tiempo con ellos hubiera sido una experiencia muy positiva, incluso si mi mamá no hubiera ido.


Kasia - ¿Hubo algo que te ayudó a sentirte un poco mejor cuando murió tu padre? ¿Tenías un amigo o un maestro que te apoyara o una actividad que realmente disfrutabas hacer?


Krissi - Mi maestra ese año fue fantástica. Ella misma había tenido cáncer varios años antes y le tuvieron que amputar una pierna. Ella debe haber estado cerca de la jubilación. Creo que la experiencia de tener cáncer, tener miedo de morir y todas esas décadas de enseñar en la misma comunidad agrícola la ayudaron a comprender lo que estaba pasando conmigo. Fue muy paciente, amable y cariñosa. Ella realmente me ayudó, más de lo que me daba cuenta en ese momento. De hecho, pienso en ella bastante a menudo.


Parte de la razón por la que me sentí tan sola es porque no tenía a nadie más. Tenía amigos de la escuela que conocí solo unos meses antes. Después de la muerte de mi padre no volví a la escuela por tres semanas.


Kasia - Y también tus amigos de la escuela te conocieron cuando tú y tu familia estabais pasando por la enfermedad de tu padre, así que no tuvieron la oportunidad de conocerte bien.


Krissi - Exactamente. Y todos habían vivido allí toda su vida. No fue una situación en la que mis compañeros no me agradaran, eso nunca fue un problema. Pero fue difícil porque no tenía amigos cercanos que me conocieran bien. Luego nos mudamos, y tres años después una y otra vez. Así que nunca tuve a alguien a quien pudiera llamar un "viejo amigo". Alguien a quien podría llamar y decir "No estoy bien". Tampoco tenía una relación muy cercana con mi madre y mi hermana. Cuando comencé la universidad, encontré a "mi gente" y aunque no creo que hable con ellos de mi padre, hablamos de cosas que son importantes para mí. Creo que ya me he alejado bastante de este periodo de mi duelo.


Kasia - En su comentario debajo de la publicación sobre mi proyecto en la cuenta de Folkalist IG, escribiste que el duelo nos moldea y nos reforma de muchas maneras diferentes. Dijiste que aunque sientes que tu proceso de duelo se ha completado, todavía experimentas algunas emociones cuando piensas en tu pérdida. ¿Cómo te ha moldeado tu pérdida?


Krissi - La herida de mi pérdida está cerrada, pero siempre queda una cicatriz, ¿verdad? Esa parte nunca desaparece. Entonces, cuando hablo de mi experiencia, pienso principalmente en la ira y la soledad que experimenté. Así que es como frotar esta cicatriz y recordar cómo te sentiste.


A lo largo de los años, he aprendido más sobre mí al hablar con mi familia y al escuchar las cosas que hacía mi padre. Escuchar esas cosas realmente me ha ayudado a conectarme con el de una manera que no había podido conseguir antes.


Reflexionar sobre todo por lo que pasé cuando era joven me hace pensar que nuestras elecciones y experiencias nos moldean de alguna manera, pero cuando envejecemos y aprendemos más sobre las personas de nuestro pasado, también sobre las que perdimos, eso cambia nuestra propia perspectiva. Por ejemplo, pienso a menudo en mi carrera y el apego que he encontrado en los últimos años con mi padre. Eso realmente ha cambiado mi perspectiva sobre las decisiones que he tomado. Me di cuenta de que quiero ser más como mi padre, ser generosa de corazón y espíritu y hacer del mundo un lugar mejor. El quería hacer todas esas cosas, incluso si nunca lo decía en voz alta.


Kasia - Has mencionado que tu familia era muy religiosa cuando eras pequeña. ¿Podrías decirme cómo la religión (el cristianismo pentecostal) ha moldeado la forma en que experimentaste la pérdida?


Krissi - Sí, mi familia era muy religiosa, obviamente. La noche antes de la muerte de mi padre fue Halloween. Cuando éramos niños, no se nos permitía ir a pedir dulces porque mi padre era pastor, así que si sus hijos hubieran ido a pedir dulces, ¡se vería mal! Así que la noche antes de su muerte, estábamos todos en casa. Hablamos muy abiertamente sobre el hecho de que mi padre tenía cáncer, lo vimos perder el cabello y tomar toneladas de medicamentos. Ese día él me preguntó: "¿Te preocupas por mí?", Le dije: "Sí" y luego me dijo: "No tienes que preocuparte. Jesús me va a sanar''. Al día siguiente murió.


Aunque mi padre tenía cáncer en etapa cuatro, estaba completamente convencido de que iba a ser curado milagrosamente, íbamos a regresar a Lituania y él iba a estar mejor ya que este era solo un período de enfermedad. Así lo hablamos en casa. El hecho de que él me dijo que iba a ser sanado y luego murió menos de 24 horas después fue mi primer signo de interrogación hacia mi religión. Fue como la primera señal para mí de que mi religión en realidad no reflejaba lo que yo creía. Y debo decir que esto fue para mí muy difícil durante muchos años.


Kasia - Sé que llevas viviendo en Corea del Sur 8 años, así que quería preguntarte si hay algo en particular que hayas notado sobre el enfoque de los surcoreanos hacia la muerte y el morir. ¿Qué diferencias notas entre tu cultura y la de ellos?


Krissi - Hay muchas cosas que los coreanos están muy dispuestos a compartir con los extranjeros, pero hay cosas que quieren conservar para sí mismos. El proceso de muerte y duelo es una de esas cosas. Entonces, para ser honesta, no sé mucho de esto.


No hace mucho tiempo, participé en el funeral de la madre de mi amiga. Tenía cáncer y murió en un hospicio. Fuimos a una pequeña habitación, en el mismo edificio, reservada solo para su familia, donde había una foto de su madre y unas colchonetas. Todos nos inclinamos ante la imagen de su madre. Exactamente 50 días después de su muerte, mi amiga se reunió nuevamente con su familia para recordar y reconocer que su madre falleció.


Hace un par de semanas, le pregunté a mi amiga cómo estaba y realmente no creo que ella supo cómo responderme. Porque la gente no pregunta eso aquí. No hablamos a menudo sobre la muerte y el morir en Occidente, pero aquí absolutamente nadie habla de eso porque los coreanos realmente no hablan de sus sentimientos.


Traducido de inglés por Kasia Borowczak

La corrección: Lorena Lopéz Balsalobre


 

Krissi Driver es una freelancer y creadora de contenido que vive en Corea del Sur. Enseña a las mujeres cómo iniciar un negocio de escritura independiente a través de un curso de 6 semanas para que puedan complementar o reemplazar sus ingresos de tiempo completo y construir una vida que aman. Puede descargar su libro electrónico de escritura independiente, '7 Steps to Start a Profitable Freelance Writing Business', en su sitio web, www.krissidriver.com. Encuéntrela en Instagram @krissidriver.

 
 
 

Comments


Commenting has been turned off.
bottom of page